Mi última lectura, y mi última publicación de 2024
Cerramos el primer año de mi etapa lectora con una novela de fantasía: La Vida Invisible de Addie LaRue, por Victoria E. Schwab.
Por lo que he visto, y basándome en los datos de Goodreads que te dejo a continuación, es el libro más popular de la autora con diferencia. Y no es de extrañar.
Es gracioso cómo llegué a la autora por una recomendación de Booktok que decía que si habías disfrutado de la relación entre Jayce y Viktor en Arcane tenías que leer Vicious, y acabé leyendo otro antes. Ya le tenía echado el ojo a la autora, pero como nunca me ha llamado especialmente la fantasía, siempre acababa aplazándolo.
La Vida Invisible de Addie LaRue ha sido para mí toda una montaña rusa de emociones de principio a fin. Empecé súper emocionada solo con las notas iniciales de la autora. Su estilo, el hecho de concebir la creación de personajes como un proceso de conocer a alguien. Es la primera vez que puedo decir que me enganchó la primera página.
Además, a medida que iba avanzando y conociendo más de la historia, este entusiasmo primario fue entremezclándose con muchas otras emociones: frustración, lástima, admiración... Cada 100 páginas, más o menos, le subía o le bajaba una estrella y cambiaba por completo de opinión. Me gusta cuando un libro tiene tantas capas que consigue hacerte cambiar de parecer cuanto más vas descubriendo, y no está todo definido desde el principio.
Está escrito con un estilo excepcional, no es excesivamente descriptiva ni peca de simple. No he parado de subrayar extractos debido a su teatralidad. Después de leer la sinopsis, te da lo que promete.
Antes de entrar en materia (y spoilers), estas son mis impresiones una vez terminada la lectura:
- Idea / Concepto: ⭐⭐⭐⭐
- Desarrollo / Historia: ⭐⭐⭐⭐
- Personajes: ⭐⭐⭐⭐
- Calidad narrativa: ⭐⭐⭐⭐⭐
- Nota: 9/10
En resumen: me ha encantado.
Este libro es lo que yo solía definir de forma simplista como una Fantasía para Girlies, con una trama un poco más ligera, con una subtrama romántica de peso y con apenas trazas de testosterona. Tiene representación LGBTQ+, explora aspectos de la salud mental, es bastante rigurosa con los detalles, y presta atención a los sentimientos y la forma de pensar de los personajes.
Se me hizo algo infantil en ocasiones, pero siento que igualmente todo lo que dice tiene sentido dentro del contexto. Nada que ver con Érase Una Vez Un Corazón Roto (libro igual de popular y que, sinceramente, NO recomiendo en absoluto), donde en un espacio de 400 páginas pasan un montón de cosas inconexas, como si la autora tuviera mucho que decir y nadie para orientarla en su camino por la divagación.
A partir de aquí voy a ser un poco más concreta y no estoy segura de poder garantizar no hacer ningún spoiler, así que te dejo el aviso:
Me ha encantado que las motivaciones de Addie LaRue para caer en la tentación de pactar con la oscuridad son, en cierto modo, maduras y lícitas. Claro que esto es criterio de cada uno pero, a título personal, si solo hubiera querido 'salir en busca de aventuras' o 'encontrar el amor verdadero' me habría echado bastante para atrás. De hecho, con Henry me cuesta muchísimo más empatizar, a pesar de que admito que sería hipócrita de mi parte criticarlo.
Otra cosa que me ha encantado es que cada cabo que pensé que podría quedar suelto, se concretaba. ¿Cómo funciona la maldición? ¿Por qué con unos sí y otros no? ¿Vuelve Addie a su pueblo natal alguna vez? Teniendo en cuenta que van desde el año 1700 al 2014, ¿explicarán dónde ha estado durante los momentos claves de la historia? Pues sí, amiga. Como persona maniática te puedo confirmar que ha pasado mi control de calidad.
Y ese final. La verdad, me dejó sin palabras. No habría podido imaginarlo, y no me imagino otro mejor.
Con respecto a los personajes, debo admitir que no le he dedicado mucho tiempo a ponerle cara a Addie. Sin embargo, con los dos protagonistas masculinos lo he tenido mucho más fácil.
A Henry me lo imagino como una mezcla entre el tío de Atlantis (Milo Thatch, según Internet) y el actor Ben Whishaw en El Atlas de las Nubes, o quizá de forma más precisa en Skyfall.
Por otro lado, cuando pienso en la oscuridad, en Luc, no puedo evitar ver a Viktor antes de sucumbir a su Gloriosa Evolución. No sé hasta qué punto es una imagen justificada o fruto absoluto de mi total obsesión con la serie, pero es que...
Mi debilidad por los flacuchos en chaleco es una especie de fetiche del cual no me avergüenzo y que te voy a confesar aquí en petit comité.
A pesar de todas las cosas que han convertido este libro en una de mis lecturas favoritas de 2024, no sería una reseña mía si no tuviera lista de pegas. Se trata de la serie de detallitos que, según iba avanzando, me han desenganchado un poco de la trama, me han escamado, o que, en lo personal, no me gustan:
- Desde el principio, Addie y la oscuridad tienen una tensión sexual no resuelta que, aunque a partir de la mitad cobra mayor sentido, de buenas a primeras se siente un poco como fan service. No se me hizo un vínculo natural. Sin embargo, como ya digo, más adelante mejora tanto que me llega a dar pena el desenlace que quiso darle Victoria.
- No sé si es cosa de la traducción, o una preferencia de la autora, pero hay un momento en que abusa demasiado de la palabra 'palimpsesto' (por si eres como yo y no sabes lo que es, se trata de un manuscrito que conserva las huellas de una escritura anterior, que ha sido borrada de forma artificial). Aunque entiendo la lógica de usar este concepto, se hace pesado por lo antinatural que suena cuando lo dicen los personajes.
- Me parece un poco incongruente que después de llevar viva más de 300 años, con cientos de experiencias románticas a la espalda, cuando en la actualidad está dándose una oportunidad con Henry, esté constantemente comparándolo con la oscuridad, o incluso con Remy. My girl is traumatized. Pero no concibo que esos dos le hayan marcado más que el hecho de que una de sus primeras experiencias tras su pacto es tener que prostituirse contra su voluntad con 23 años, después de haber vivido toda su vida protegida en un pueblito de unas pocas decenas de habitantes en el que todos se conocen. Entiendo que con los años haya terminado por relativizarlo con tal de poder volver a disfrutar del sexo, pero la autora no profundiza nunca en ello.
- Henry en realidad no me gusta mucho. Es buena gente, y tiene una crisis interior con la que muchos podríamos empatizar fácilmente. Aun así, no paro de pensar que, si fuera una persona real de mi entorno, no me caería nada bien. Todos luchamos contra las expectativas que han puesto en nosotros, o buscamos la aprobación de los que nos rodean... Pero no sé, supongo que estoy en un momento de mi vida en el que los hombres desesperados no me inspiran nada, sin importar su contexto.
- La relación con Henry se me hace algo precipitada. Para la personalidad cauta y desconfiada que parece tener Addie, cae con mucha facilidad a este momento de paz; y encima se sorprende cuando descubre que Luc no solo estaba al tanto, sino que fue quien le 'ofreció' a Henry.
- Ligado al punto anterior, la primera discusión entre Addie y Henry se me hace estúpida. Ella, para llevar tantos años perfeccionando el arte de la comunicación. Y él, que se pasa el tiempo autocompadeciéndose de sí mismo y admirando la fortaleza de la protagonista. De un momento a otro olvidan todo y se ponen a reprocharse cosas que, de darles una vuelta antes de abrir la boca no dirían. Encima, al final ninguno llega a disculparse.
Conclusión
Sé que he terminado la publicación con un tono muy negativo, pero te puedo prometer que este libro se va a convertir en un recurso a mano cada vez que alguien me pida una recomendación de cozy fantasy (fantasía ¿acogedora?). autoconclusiva, sensible, que tenga un poco de todo y que sea apta para todos los públicos.
Un día más, gracias por leerme ♡
¡Y feliz entrada de año!
Te dejo por aquí mi perfil de Goodreads por si quieres que seamos panas de lectura 📖♥






Comentarios
Publicar un comentario